top of page

Samba Sylla, Ecoguía de la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo

Habla muy lentamente y con un tono de voz muy bajo, a veces imperceptible. Tartamudea, a menudo se atasca a media frase, pero si tienes paciencia consigues que hable. Y habla mucho. Samba Sylla es un hombre con cabeza. Sabe qué dice y cuándo decirlo.

​Antes de empezar a trabajar como ecoguía de la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo (RNCD), Samba veía chimpancés cerca de su casa. Desde niño. Toda su vida. Y allí donde ahora ve un animal inteligente y complejo, antes no veía más que un ser negro, grande, con mucho pelo, que a menudo se paseaba por el bosque al lado de su pueblo, Dindéfélo.

– Hasta que no comencé a trabajar para la RNCD y a recibir formación del Instituto Jane Goodall (IJG) no me di cuenta de cuán parecidos somos los humanos y los chimpancés –explica.

– Y ahora que conoces a los chimpancés, ¿qué piensas sobre ellos? –le preguntamos.

– Ahora estoy muy contento de seguirles. Me encantaría… –se queda unos segundos suspendido, como pensando con qué palabras expresarse, o como imaginando cuánto le encantaría…– poder proteger bien a los chimpancés, ya que se trata de una especie que empieza a desaparecer. Me encantaría poderles proteger para que sigan aquí, para que no desaparezcan de mi Reserva –señala orgulloso.

Y a esto se dedica él. Desde 2007 Samba Sylla es ecoguía de la RNCD, hasta hace poco el único. Está en constante formación con el IJG, trabajando junto al equipo de investigación. El objetivo es que se convierta en un buen rastreador de chimpancés para poder llevar a cabo su función de ecoguía de la Reserva.

– Estoy en proceso de adquirir formación para que, si algún día llegan turistas para visitar a los chimpancés, yo esté capacitado para acompañarles y enseñárselos.

Este es el trabajo del ecoguía, sobre el que se nota que Samba Sylla ha pensado mucho. Antes de llevar a alguien al bosque es necesario saber cómo ir con él. No es fácil llevar a alguien a ver un animal: ir allí, hacerle una pequeña formación, saber acercarse al animal, saber cómo reaccionar ante el comportamiento del chimpancé (o del grupo). En resumen, saber gestionar la situación para que la visita turística sea tranquila. Este es su trabajo.

​​En la cabeza de Samba Sylla hay reflexiones poco comunes en el entorno en el que vive. Habla sobre la protección de la naturaleza. Habla de la necesidad de que la gente de los pueblos de la RNCD se de cuenta de la importancia de las zonas protegidas. Habla de la extinción del chimpancé y del agotamiento de recursos naturales. Percibe y habla, sin haberlo estudiado ni poderle dar un nombre, del cambio climático. Y habla, con una mirada muy crítica, aunque constructiva, sobre los hábitos de trabajo de sus vecinos y amigos, a veces poco constante o comprometida: “Tienes que amar tu trabajo, tienes que tener ganas de hacerlo y, a la vez, tener el coraje necesario para llevarlo a cabo.”

Samba Sylla es un hombre respetado en su pueblo. Es un buen musulmán, tiene una familia, pero la gente no le escucha por estar bien posicionado económicamente, sino que se le tiene muy bien considerado por ser un hombre trabajador y reflexivo.

​Cuando no está en el bosque saliendo con el equipo de investigación del IJG, Samba pasa sus horas por el pueblo, reunido con sus vecinos, discutiendo, reflexionando. Parece increíble, cuando lo piensas, que consigan pasar tantos ratos hablando, mientras preparan el té, sin que se les acaben los temas de conversación. Y saber que sus ideas se reciben con respeto en Dindéfélo transmite confianza.

Samba Sylla, que durante 20 años de su vida se dedicó a viajar entre Senegal y Guinea en busca de trabajos, ha vuelto a casa y trabaja para la RNCD, proyecto en el que él cree verdaderamente. Samba Sylla es respetado a pesar de pensar que los chimpancés y los humanos somos casi iguales; a pesar de defender que los chimpancés son animales inofensivos. Gente como Samba Sylla es necesaria para que un proyecto como el de la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo siga adelante con la aceptación de la población.

A su vez, trabajadores como él son los que harán que, poco a poco, la RNCD se pueda ir convirtiendo en un proyecto autogestionado, de financiación comunitaria, en cuanto el ecoturismo y las visitas guiadas lo permitan.

Dentro de unos años, si hemos conseguido cuidar y respetar nuestra Reserva para que esté en las mejores condiciones; si toda la población está implicada en ello, podremos avanzar hasta tener una reserva como las que se encuentran en el Congo o en Camerún –augura Samba Sylla.

También te puede interesar
bottom of page