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El IJG y TFF plantan juntos 700.000 árboles para seguridad alimentaria de comunidades en Senegal y G

»El Instituto Jane Goodall España y la organización Trees for the Future colaboran un año más en el programa de seguridad alimentaria de la comunidad y reforestación con vallas vivas con el fin de reducir el uso de recursos naturales de la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo y sus alrededores

Por tercer año consecutivo, el Instituto Jane Goodall España en Senegal y la ONG norteamericana Trees for the Future colaboran en el proyecto de plantaciones para seguridad alimentaria dentro de los cercados familiares, y reforestación con vallas vivas, para facilitar el remplazo de las vallas hechas con troncos y ramas cortadas – que afectan la regeneración del bosque y que tanto se debilitan con el paso de los años – por unas nuevas formadas por árboles vivos, que se van fortaleciendo a medida que éstos crecen, y que pueden servir para proveer recursos como jabón o aceite.

Tradicionalmente, en los distintos pueblos que conforman la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo, se han ido creando los cercados de las casas con los recursos naturales de los bosques más cercanos. Los tipos de vallas más utilizados han sido siempre el kerentén o las estructuras de bambú, para los que se necesitan anchas estacas que mantengan todo el vallado - localmente llamadas niagara- , y que se disponen cada dos metros aproximadamente. Asimismo, los troncos que conforman estas estacas son susceptibles de ser comidos por las termitas, lo que supone una renovación del vallado ente los dos y los seis años y, en consecuencia, la tala indiscriminada de árboles y la extracción de distintos recursos naturales de la zona.

Para paliar esta situación, desde hace ya tres años las dos organizaciones colaboran en la implementación y monitorización del proyecto en diferentes pueblos de la RNCD y alrededores. En 2015, Karamba Diakhaby, el entonces responsable de Trees for the future, junto a Roberto Martínez y Antares Bermejo, del Departamento Agroforestal del IJG, lideraron un proyecto piloto de plantación de vallas vivas en el pueblo de Nandoumary. Visto el éxito del mismo, en 2016 se repitió la plantación, superando los 420.000 árboles.

En 2017, la particularidad del proyecto fue el aumento tanto de la cantidad como de la variedad de los árboles plantados. Según Mahamadou Bassirou Traore, coordinador nacional de Trees for the Future en Senegal, la novedad de este año más allá de los cercados con vallas vivas, es la de implementar los “Jardin Forêt”. La idea consiste en una plantación en el entorno doméstico vallado de cada participante que incluya desde árboles frutales hasta hortalizas locales demandadas por la población.

A lo largo de 2017 se consiguieron plantar 700.000 árboles en los pueblos de Segou, Dandé, Nandoumary, Diogoma, Tanage, Pélel y Boussura, además de aldeas en Guinea. El proyecto, que es financiado al 50% por el IJG, funciona en cada aldea de manera comunitaria. Cada pueblo cuenta con un coordinador de plantación, que controla y supervisa la misma, con 50 personas a su cargo que participan en el proyecto de forma voluntaria. Los participantes piden semillas al coordinador – que les explica las técnicas de plantación – y las siembran dentro de sus vallados domésticos.

Vallas elaboradas con recursos sostenibles

Las semillas escogidas para las vallas vivas son, entre otras, la Jatropha curcas (kidi en pular), una especie de rápido crecimiento también en condiciones de sequedad y no palatable, es decir, que no gusta al ganado. El kidi se planta a unos 20 centímetros de las niagara para que, una vez haya crecido, las sustituya y soporte todo el peso de la estructura del vallado. En el caso del kerentén, éste se sustituye por plantas espinosas y del tipo arbusto, como el diabhé (Zizipus mauritania) – especie comestible – y el tomboro (Acacia senegal), entre otras. Se repartieron también semillas de nebeday (Moringa oleífera), una especie también comestible muy utilizada por la población, para plantar dentro de las parcelas de cada casa. Con este método se logra sustituir el antiguo vallado – que tanto se debilita con el tiempo y que supone una renovación constante de la estructura – por especies útiles, que apenas requieren mantenimiento y que además se fortalecen con el paso de los años.

En este sentido, al tratarse en muchos casos de especies comestibles y de gran utilidad para la población, el proyecto se incluye en el plan de seguridad alimentaria que el IJG ya está implantando en distintos pueblos de la RNCD y sus alrededores, incluyendo Guinea. El objetivo de esta colaboración es mejorar las condiciones alimentarias de la población y, a su vez, reducir drásticamente la presión sobre los recursos naturales del entorno para proteger el hábitat del chimpancé. Por otro lado, Michael Carson, director de programas de Trees for the Future, afirma que ambas organizaciones pretenden seguir trabajando juntas durante los próximos años. En efecto, el objetivo común es el de profundizar y extender la práctica de este tipo de vallado a Guinea y otros puntos del sur de Senegal con el fin de preservar los recursos locales.

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