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Estudiando el uso compartido del 'lare' entre chimpancés y humanos

» Estudio realizado por Marina Ramón, miembro del Departamento de Investigación del Instituto Jane Goodall España en Senegal en 2014-2015, como tesis de máster sobre Conservación de Primates en la Oxford Brookes University.



En mayo empiezan las primeras lluvias y poco a poco todo vuelve a rebrotar. Pronto llega el momento de volver a cultivar, después de una larga época seca que ha terminado con las reservas de la temporada anterior y ha dejado un paisaje árido. En este período de transición hacia la estación lluviosa madura el lare, un fruto muy apreciado por los habitantes – humanos y no humanos – de la RNCD.


El lare (Saba senegalensis) es una liana de hojas perennes que produce unas flores blancas y aromáticas. Su fruto es una baya ovoide de superficie dura e irregular que varía del color verde al amarillo anaranjado cuando madura, entre junio y julio. En su interior puede contener más de veinte semillas inmersas en una pulpa ácida y amarillenta.


Las lianas de lare crecen típicamente encima de árboles en diversos hábitats, como la sabana, los bosques claros y los densos, pero sobre todo en los bosques de galería, situados alrededor de puntos de agua permanente y que conservan la humedad a lo largo del año. Además, el lare se encuentra en bosques en regeneración, como campos de cultivo abandonados, formando matorrales.


En la RNCD una gran diversidad de fauna coexiste con alrededor de 7.000 personas que viven dentro o en las inmediaciones de la reserva y, en muchos casos, animales y humanos utilizan los mismos recursos botánicos, como el lare. Aparte de las poblaciones humanas que recolectan el fruto de esta liana, al menos cuatro especies de mamíferos se alimentan de él: ardillas (Heliosciurus gambianus), monos vervet (Chlorocebus sabaeus), babuinos (Papio papio) y chimpancés de África occidental (Pan troglodytes verus).


Precisamente, esta subespecie de chimpancé está en peligro crítico de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y sus poblaciones están en declive. En Senegal se estima que hay no más de 500 chimpancés, localizados en el sureste del país. En este sentido, en su plan regional, la IUCN señala la necesidad de estudiar la competencia entre chimpancés y humanos por los recursos naturales, en especial el rol del lare, ya que se cree que su explotación por parte de los humanos es insostenible y puede ejercer efectos negativos para la supervivencia del chimpancé del África occidental en este país.


Después de una primera experiencia como voluntaria en el Departamento de Investigación del Instituto Jane Goodall España en Senegal (2014-2015), pensé que sería interesante investigar sobre este tema. Es por eso que durante el curso 2016-2017, como estudiante del máster en Conservación de Primates en la Oxford Brookes University y supervisada por la profesora Catherine Hill y la doctora Kimberley Hockings, decidí volver a la RNCD para llevar a cabo mi tesis sobre el uso compartido del lare.


La beca de conservación Cyril Rosen Award, otorgada por la Primate Society of Great Britain, me permitió desarrollar un proyecto sobre el terreno desde abril hasta julio de 2017, junto con dos asistentes de campo, Djibril Suare y Djibril Diallo, y dos traductores, Karim Diallo y Mamadou Diallo. Adopté un enfoque multidisciplinario, combinando metodologías propias de la ecología con otras de la antropología para poder tener una idea más global.


Concretamente, estudié la importancia, el uso espacial y temporal, así como la extracción de lare por parte de chimpancés y humanos en los bosques de dos poblaciones de la RNCD: Sègou y Nandoumary. Durante 11 semanas consecutivas, salimos por las mañanas al bosque para monitorear lianas de lare y obtener información sobre la extracción, basándonos en los restos que dejaban humanos, chimpancés y otros primates, ya que cada especie explota el fruto de forma distinta. Por las tardes y algunos fines de semana, entrevistábamos a la población local y también les acompañábamos en el proceso de recolección y venta. Además, el IJG me facilitó datos sobre heces recogidos durante temporadas anteriores y los analicé para determinar la importancia del lare en la dieta de los chimpancés.


El lare resultó ser la segunda planta silvestre más importante para los encuestados, que comían el fruto crudo y también lo utilizaban en la elaboración de platos como el mboiri, típico de la época del Ramadán. Además, vendían frutos para satisfacer mercados nacionales y locales, como el de Dindéfélo. El dinero obtenido de su venta lo utilizaban básicamente para comprar productos de primera necesidad como comida, ropa y zapatos.


La gente recogió frutos de lare entre mayo y julio, pero especialmente a principios de junio, cuando llegaron a los pueblos los bana-bana, unos comerciantes itinerantes que compran los frutos al por mayor, los cargan en camiones y los transportan a las grandes ciudades. Más de la mitad de los entrevistados se quejó de las condiciones de venta del lare: impagos, precios de venta bajos o descarte de frutos maduros. Avanzada la época de lluvias, a medida que las tareas en los campos de cultivo aumentaron, la recolección de este fruto disminuyó.


El lare resultó ser también un alimento clave para los chimpancés en junio y julio, cuando más de un 50% de las heces contenían semillas de este fruto. Estos, además, empezaron a comerlo en marzo, antes que las personas y aún inmaduro, y continuaron hasta agosto, bien entrada la época de lluvias.


La superposición espacial en la recogida de lare por humanos y chimpancés fue pequeña, es decir, una proporción muy baja de lianas monitoreadas fue utilizada por ambos grupos durante el período de estudio.


Respecto a la extracción, se estima que en la población de Nandoumary, de unos 350 habitantes, se recolectaron alrededor de 62.000 frutos para ser transportados a Dakar, a los que habría que añadir los recogidos para el consumo propio y la venta en Dindéfélo. Estas cifras son notablemente inferiores a las calculadas en otras regiones de Senegal.


Así pues, a pesar de la gran importancia del lare para los chimpancés y la población local, los patrones actuales de uso de este fruto no estarían afectando severamente ni a simios ni a humanos. No obstante, esta situación podría cambiar en el futuro, ya que el consumo por parte de los chimpancés es dinámico y la cosecha que realizan las personas es sensible a cambios económicos y sociales. Habría que interpretar estos datos con cautela y analizar qué sucede en próximas temporadas.


Esta investigación fue presentada en agosto en formato póster en el séptimo congreso de la Federación Europea de Primatología (EFP) celebrado en Estrasburgo (Francia), y el pasado mes de octubre mediante una exposición oral en el VI Congreso Ibérico de Primatología que tuvo lugar en Burgos.


Más allá de la difusión en el ámbito académico, este trabajo pretende proporcionar información útil para el IJG en sus futuras estrategias. En este sentido, solo un enfoque de conservación comunitaria permitirá a humanos y chimpancés seguir utilizando los mismos recursos del bosque sin poner en peligro su coexistencia. En este sentido, se formulan algunas propuestas en esta dirección, como un sistema que permita a los recolectores recibir un precio justo por el lare, a lavez que se consideran las necesidades de los primates no humanos.

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