El Campamento de Verano que tuvo lugar el mes de septiembre de 2016 en Dindéfélo fue todo un éxito. Un total de 60 niños y niñas entre 8 y 14 años de las comunas de Dindéfélo, Dakateli –en Senegal– y Sabé –en Guinea– disfrutaron de unas intensas jornadas de actividades educativas y medioambientales bajo el slogan Jugar y Aprender para Proteger la Naturaleza.
El apoyo del Ayuntamiento de Olesa de Montserrat (Cataluña), juntamente con el Instituto Jane Goodall España (IJGE) en Senegal, fue indispensable para poder realizar este proyecto. Uno de sus objetivos principales era concienciar sobre la importancia de la escolarización a las autoridades y la población de las diferentes comunas para evitar que haya más niños y, especialmente, niñas que no acudan a la escuela.
El Campamento, dirigido especialmente a niños y niñas no escolarizados o miembros de familias empobrecidas, se dividió en dos estancias distintas de tres días cada una que organizó el equipo del IJGE en Senegal con la colaboración de la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo (RNCD), el Ayuntamiento de Dindéfélo y la Cruz Roja Senegalesa. Acompañados en todo momento por algún miembro de esta última organización, la cual coordinó las actividades del Campamento, los niños y niñas bailaron, cantaron, hicieron manualidades, excursiones a la cascasa de Dindéfélo y realizaron actividades junto a los ecoguardas –miembros del Comité de Gestión de la RNCD.
Baba Kaba Diakhite, presidente de la Cruz Roja de Dindéfélo, defiende que actividades como ésta tienen repercusiones muy positivas entre la población, que cada vez comprende mejor la necesidad de un desarrollo compatible con la protección de la naturaleza y la gestión de los recursos naturales. “Los niños aprenden que la Reserva aporta beneficios a la comunidad y empiezan a entender que la conservación de la naturaleza es un asunto que afecta directamente a sus condiciones de vida”, asegura Baba Kaba Diakhite.
El Campamento de Verano, tal y como lo cuenta Baka Kaba Diakhite, sirvió para que los pequeños participantes conozcan mejor el entorno natural en el que viven, por lo que desea tener la oportunidad de repetir el campamento en futuras ocasiones. Además, asegura que todos los niños y niñas estarían contentos con esta idea: “El primer día del Campamento muchos niños llegaron llorando porque no sabían qué se iban a encontrar. El último día muchos niños volvieron a llorar, pero esta vez porque no querían volver a casa”.
De la realización del Campamento cabe destacar, además, su impacto positivo sobre la microeconomía local, ya que fueron muchos los beneficiarios de esta actividad: el campamento Villageois –campamento comunitario de Dindéfélo donde se alojaron los participantes–, los dinamizadores, los cocineros, los proveedores y vendedores locales… Todos ellos también apuestan por repetir el Campamento de Verano el próximo año.
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