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Un centenar de niños y niñas disfrutan de los campamentos educativos del IJG en Senegal


Unos cien niños, niñas y jóvenes senegaleses y guineanos, de entre 8 y 14 años, acompañados por adultos y provenientes de diferentes pueblos y aldeas cercanas a la frontera, se encontraron en Dindéfélo para aprovechar de una oportunidad única de aprender y divertirse, organizada por el Instituto Jane Goodall, con el apoyo financiero del Ayuntamiento de Olesa de Montserrat (Cataluña) y la colaboración de St. Wildlife. Bajo el lema "Protejamos la naturaleza, por un futuro mejor", el pasado mes de noviembre, el Instituto Jane Goodall organizó dos campamentos educativos de tres días de duración cada uno, para que los jóvenes valoraran la rica biodiversidad de su entorno, adquiriesen rutinas de higiene, aprendiesen habilidades y pasasen a la acción para proteger la naturaleza de la que dependen. Además, el IJG dio formación a los monitores locales que ayudaron a guiar las actividades y generó empleos temporales también para cocineras y otro personal necesario, dinamizando la economía local también con la adquisición de productos y servicios varios.


Los jóvenes participantes provenían de 16 pueblos y aldeas, 14 de Senegal y 2 de Guinea. Esto significa que algunos de ellos tuvieron que andar durante muchas horas y recorrer muchos kilómetros bajo el sol para alcanzar el ansiado destino. Pero todo ello valió la pena, por los contenidos aprendidos, los nuevos amigos hechos y la sensación de haber disfrutado de una experiencia única en sus vidas. Además, los protagonistas recibieron cuadernos, bolígrafos, un kit de higiene personal que incluía pasta y cepillo de dientes, cortauñas y jabón antibacteriano, y camisetas conmemorativas de los campamentos, que vistieron orgullosos y se llevaron de vuelta a sus hogares.


La primera noche, tras disfrutar de un baño y una copiosa cena, las actividades prosiguieron con una divertida e inspiradora película senegalesa que trataba sobre el derecho a la educación, en especial de las niñas, y otras problemáticas sociales y ambientales, tras lo que tuvieron la posibilidad de debatir y mostrar sus puntos de vista. Para pernoctar, los jóvenes se alojaron en las cabañas del campamento turístico comunitario de Dindéfélo, toda una novedad para la mayoría, ya que era la primera vez que pasaban una noche fuera del hogar familiar y, para más diversión, rodeados de nuevos/as amigos/as.

La primera mañana del campamento comenzó con una sesión de higiene, mostrando a los niños y niñas la importancia de lavarse bien las manos para evitar gérmenes y enfermedades, y cómo cepillarse bien los dientes. Tras un buen desayuno, los pequeños visitaron la Estación Biológica Fouta Jallon, sede del IJG en Senegal. Allí, el equipo del IJG realizó una interesante presentación sobre los chimpancés de la zona, con videos que provocaron mucha curiosidad y entusiasmo en los jóvenes asistentes. También se trató el tema de los residuos y la contaminación que afecta a las aldeas locales, y cómo prevenirlo. Y no faltó una sesión de música a cargo del equipo del IJG, con canciones e instrumentos locales y también creando nuevas canciones para la ocasión. Posteriormente disfrutaron de una visita a la famosa cascada de Dindéfélo, la más alta de Senegal y todo un reclamo turístico con sus más de 100 metros de caída. Durante el paseo, aprovecharon para buscar rastros de animales, detectar nidos de chimpancés y aprender cómo afectan los desperdicios en la naturaleza, lo que se denomina actualmente "basuraleza".


Tras la excursión, pudieron relajarse, descansar y contar historias, antes de tomar un merecido almuerzo y reposarlo con una buena siesta. Pero, cuando se juntan 50 niños y niñas curiosos y emocionados, la tranquilidad dura poco. Por la tarde, acudieron al Centro de Visitantes de la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo, donde les hablaron sobre los aspectos culturales, sociales, económicos y ambientales de la zona, ilustrando los contenidos gracias al pequeño museo del Centre d'Accueil montado con la ayuda del IJG. Como señala la Dra. Jane Goodall, las nuevas generaciones necesitan conocer y valorar su entorno, para asi desarrollar empatía y pasar a la acción para protegerlo y beneficiar también a la comunidad, que en estas zonas depende casi totalmente de su entorno natural para su supervivencia. Y este era uno de los principales objetivos de los campamentos.

Tras un baño y una deliciosa y nutritiva cena (donde se incorporaron alimentos poco habituales en sus hogares y de gran valor nutricional), la animación nocturna se tiñó de historias, música, risas y bailes para agotar las últimas energías antes de dar las buenas noches.


La mañana siguiente comenzó con la rutina de higiene y el desayuno, para empezar el día con energía y frescura. Acto seguido, disfrutaron ensuciándose las manos, plantando dos árboles cada uno/a, mientras aprendían la importancia de cuidar el bosque, de las especies autóctonas y las amenazas del fuego descontrolado, la deforestación y el cambio climático.


Antes de almorzar, los jóvenes asistieron a un taller sobre el "nebeday" (Moringa oleifera), también conocida como "árbol milagroso", una planta con alto valor nutricional y numerosos beneficios medicinales de la que se aprovecha todo, desde las hojas hasta las raíces, pasando por las vainas y el aceite. Además, se entregó a cada niño/a semillas para que pudieran iniciarse en el cultivo del "nebeday", tras enseñarles a plantar y cuidar la planta. Durante los días de campamento, los jóvenes recibieron tres grandes comidas por jornada, en las que probaron el "nebeday" como ingrediente.


Finalmente, antes de la despedida, todos los participantes recibieron cuadernos y bolígrafos de diversos colores, para contribuir a su educación y ayudar a las familias locales. También se ha realizado una encuesta y prospección para proveer becas escolares a los niños y niñas de las familias más necesitadas. Felices, cansados, con la mente llena de aprendizaje y el corazón de amistad, los cien aventureros que nos acompañaron durante los dos campamentos educativos del IJG se despidieron para volver a sus hogares con sus acompañantes adultos y transmitir todo lo que habían aprendido. Se despidieron agradeciendo a tod@s lo@s que hicieron posible estos campamentos tan especiales, empezando por los monitores del IJG, y en especial agradeciendo al Ayuntamiento de Olesa de Montserrat por brindarles una vez más esta oportunidad educativa única.


Au revoir, et à bientôt les enfants! (¡Adiós, y hasta pronto, niños y niñas!)


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