Del estudio en las aulas de Madrid al trabajo en el terreno en Senegal
En Senegal, y por extensión en la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo (RNCD), la utilización del fuego como herramienta de manejo de la tierra antes y durante la época seca de modo sistemático forma parte de la cotidianidad. Los efectos a corto plazo, que son aparentemente más tangibles para la población, resultan positivos de cara al crecimiento de la vegetación que brota con más vigor tras la quema. Las propiedades del suelo quemado son óptimas para que las herbáceas crezcan con fuerza y con los brotes verdes que aparecen dondequiera que haya pasado el fuego se alimenta al ganado, elemento básico que configura la economía de la zona. Por este motivo, se antepone el interés alimenticio de los animales que pastan a la preservación de la vegetación. Sin embargo, a largo plazo los efectos del fuego resultan nocivos para la salud del ecosistema.
Muchos de estos incendios, reiterados año tras año, no son controlados y se extinguen por si mismos cuando ya no queda nada más que arrasar, a no ser que se acerquen a una población, único momento en que la gente se moviliza para apagarlos. El fuego, que obviamente no es selectivo, no quema sólo el estrato herbáceo, sino también el valiosísimo pequeño regenerado, que representa la esperanza futura de la vegetación. Este proceso ha acabado con especies arbóreas autóctonas y con especies de animales que huyeron hace tiempo de la zona. Al mismo tiempo, la quema provoca un crecimiento desmesurado de las mismas herbáceas que, al cubrir caminos, vuelven a ser quemadas por la gente con el objetivo de recuperar las zonas de paso, cayendo así en un proceso cíclico sin fin.
Ningún suelo puede soportar estas condiciones y la estéril capa laterítica, que normalmente estaría muy por debajo de la superficie, aparece como primera capa apoderándose de cada vez más áreas, haciendo visible un tremendo desgaste. Se trata de un tipo de roca metamórfica rojiza con aspecto volcánico sin nutrientes, que dificulta muchísimo el crecimiento de la vegetación. Todo esto acelera un proceso que desemboca en la desaparición de recursos naturales, en migraciones masivas de población y en la aniquilación total de cualquier forma de vida. Es lo que se conoce como proceso de desertificación, que se ha acelerado muy gravemente durante los últimos años a causa del maltrato al que se ha sometido el terreno generación tras generación.
En este marco se centran parte de los esfuerzos del Departamento Agroforestal del Instituto Jane Goodall (IJG) en Senegal. Sensibilizar a la población local exponiendo las devastadoras consecuencias que tendrá no detener estas prácticas es la base sobre la que se articula el plan de acción. De igual manera, el trabajo y estudio sobre el terreno es también indispensable: definir realmente cuál es la situación de cada zona con el fin de ser lo más efectivos posible con el análisis, plan de prevención y ejecución de acciones. Gracias al plan de acogida de estudiantes a nivel nacional e internacional del IJG, en el que profesorado y alumnado de distintas universidades trabajan aportando soporte técnico y humano, se ha empezado a abordar esta cuestión, básica para la continuidad de la Reserva.
Un plan de acción para extinguir para siempre los fuegos en la Reserva
Gabriel Mezger, estudiante de Ingeniería de Montes en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), está realizando su Trabajo de Fin de Máster sobre la prevención de incendios forestales en la RNCD bajo la tutela académica de Carlos Calderón, Doctor Ingeniero de Montes de la UPM. Entre noviembre y diciembre del 2016 se realizaron, con la colaboración de Fundación Bioparc, entidad española que participa en proyectos para la conservación de la naturaleza, tres expediciones por distintas zonas y paisajes de la Reserva, cubriendo en cada una de ellas los seis distintos tipos de ambiente -sabana arbolada, bosque claro, bosque de galería, bosque de galería degradado, árboles y arbustos sobre bowal y pradera herbácea sobre bowal-. En ellas participaron, junto a Mezger, los miembros del IJG en Senegal: Roberto Martínez Orosa, responsable del Departamento de Sostenibilidad Agroforestal y tutor del trabajo del estudiante en Senegal; Alex Morón, miembro del Departamento de Comunicación y Karim Diallo, Djibril Diallo y Balla Souaré, todos ellos asistentes de campo experimentados.
El objetivo final de dicho trabajo es la confección de un mapa de peligrosidad, uno de riesgo y otro de gravedad a partir de los resultados del material tomado en cada expedición. Con estos mapas, Mezger establecerá un plan de actuación para la prevención de incendios: propondrá medidas que actúen sobre el combustible, como pueden ser una red de áreas cortafuegos o tratamientos de selvicultura -modificaciones en la densidad de la vegetación con el objetivo de evitar la propagación del fuego-.
Con el programa Qgis, un sistema de información geográfica de acceso libre, fueron establecidos al azar un total de 30 puntos de extracción en los que, durante las expediciones, se tomó 1 metro cuadrado de cobertura vegetal de suelo. Hubo también un importante trabajo de planificación del recorrido, pues al ser los puntos determinados aleatoriamente, algunos eran muy poco accesibles. Hubo que cruzar bosques, sabanas, ríos, subir y bajar montañas sin caminos y desplazarse a través de la densa vegetación con los distintos peligros y el cansancio acumulado que ello pudiera conllevar. Se midió la altura del estrato herbáceo y, tras la recogida, se pesaron las muestras obtenidas in situ y otra vez tras un óptimo secado. Algunas de las expediciones requirieron pasar noches en los distintos pueblos de la Reserva, así como mostrar los respetos y ganarse el favor de cada chef du village, contratándose también un guía local, comida y sitio donde dormir. Se trabajó en las zonas de Néwdou, Tepere, Thiabé Karé, Ségou, Dindéfélo, Badjari, Dandé, Nandoumary y Pélél.
En este mismo marco de lucha contra el fuego, Mezger está realizando en la Estación Biológica Fouta Jallon de Dindéfélo, sede principal del IJG en Senegal, un ciclo de presentaciones dirigido a todos los miembros del Comité de Gestión de la RNCD, que están muy interesados en solventar una de las problemáticas más graves de la Reserva. Sensibilización, prevención y combate de incendios forestales son los tres pilares sobre los que se articulan estas jornadas. En este intercambio de experiencias y opiniones en el que ambas partes salen beneficiadas, se fortalecen también los lazos entre los agentes que hace ya tiempo que colaboran para la conservación: el IJG en Senegal y el Comité de Gestión de la RNCD.
También es interesante destacar el trabajo de Marcos Recio UPM), en otra entrada de este blog , que estudia cómo reforestar los terrenos agrícolas abandonados en su trabajo de fin de máster en el mismo plan de acogida de estudiantes del IJG en Senegal que Gabriel Mezger.