top of page

Una segunda oportunidad para Amadou y Mamaia


“Un día la madre de Mamaia se me acercó con su hijo de cuatro meses a la espalda y me dijo preocupada: Bobo no nauni, hore no yandi. En la lengua local significa: el bebé está enfermo, tiene la cabeza grande”, cuenta Marina, una de las voluntarias que trabaja como investigadora en el programa que el Instituto Jane Goodall España (IJGE) tiene en Senegal.


Lo que la joven madre de Mamaia no sabía es que su hijo sufre una enfermedad llamada hidrocefalia que si no se trata a tiempo mata a 6 de cada 10 personas que la sufren o les provoca diferentes grados de discapacidad intelectual, física o neurológica. Sin embargo, un diagnóstico y tratamiento temprano mejora con creces estas previsiones.


Los voluntarios del IJGE tienen la suerte de vivir integrados en familias locales. La acogida es tal que llegan a sentirse como uno más, lo que supone compartir con ellos sus alegrías pero también sus problemas. Al descubrir la enfermedad de uno de los niños de su familia, Marina decidió sin pensarlo hacer todo lo posible por ayudarle.


El pequeño Mamaia vive en un pueblo del sureste de Senegal, dentro de la comarca donde el IJGE lleva a cabo su trabajo de conservación del chimpancé de África del Oeste y gestión local de los recursos naturales. En una de las regiones más aisladas y desfavorecidas socioeconómicamente de Senegal y lejos de centros sanitarios donde poder atender una enfermedad así. Mamaia forma parte de una familia que vive básicamente de la agricultura de subsistencia y no dispone de recursos económicos para desplazarse o costear una visita al hospital.


A pocos kilómetros de esta aldea, en Nathia, vive Amadou, un niño de cuatro años que lleva los últimos meses de su vida lidiando con una cabeza que no cesa de crecer y le impide mantenerse en pie y andar por sí solo. También sufre hidrocefalia. Marina conoció el caso de este otro niño por casualidad y decidió hacer también algo por él. Se puso en contacto con diferentes ONG's especializadas en asistencia médica a menores para intentar encontrar una solución a estos dos casos. Fue con los niños al hospital de Kédougou, la ciudad cercana más importante, para intentar hacer un diagnóstico. Allí consiguió la ayuda del director del centro sanitario que facilitó el pronto traslado de los niños a Dakar, el único sitio donde podían ser diagnosticados.




La ONG Infancia Solidaria se ofreció para cubrir la operación pero aún quedaba costear todo lo demás: las pruebas para el diagnóstico, el TAC, las visitas médicas, analíticas de sangre, válvulas, alojamiento y manutención y posterior seguimiento y medicación de los niños. A través de otra ONG, Yakaar África, Marina puso en marcha un crowdfunding para conseguir ese dinero.


Gracias a la colaboración del hospital de Kédougou, de Infancia Solidaria, de Yakaar África y de Marina, la voluntaria del IJGE, Amadou se opera hoy y el niño de su familia, Mamaia, pasará por el quirófano del hospital Fann de Dakar mañana.

Marina vuelve a Senegal de unas pequeñas vacaciones en España un día después de la operación. Lo primero que hará será pasar por el hospital para visitar a los niños. Si todo va bien, Mamaia y Amadou podrán volver pronto a sus casas y seguir creciendo como cualquier otro niño.



También te puede interesar
bottom of page